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Productividad: falta de compacidad y complejidad del tejido urbano.
El tejido urbano de Quito presenta bajos índices de compacidad y complejidad urbana. La
baja compacidad dificulta el contacto, el intercambio y la comunicación, que son factores
claves para el desarrollo productivo, pues potencian la relación entre los elementos del
sistema urbano. La baja complejidad explica la baja mixticidad en el uso del suelo, que
constituye una estrategia de maximizar el uso del suelo por unidad espacial.
Durante los últimos años, algunas dinámicas de centralización se han empezado a
desarrollar en áreas urbanas alejadas del hiper-centro. Sin embargo, es necesario
consolidar estas dinámicas y darles un soporte multiescalar que organice todo el espacio
metropolitano.
Desarrollo social: falta de equidad en la distribución y calidad de los equipamientos
sobre el territorio.
La distribución de servicios básicos de educación y salud responde a la distribución y la
densidad de población. La dotación de espacios públicos para el recreo y el disfrute al aire
libre, así como el acceso a equipamientos de ocio, es insuficiente y está mal distribuida.
La baja densidad de población de buena parte de los barrios del DMQ y la deficiente
dotación de infraestructuras dificulta el acceso peatonal a los equipamientos y servicios. La
accesibilidad a pie a los servicios básicos resulta esencial para garantizar un acceso
universal.
Calidad de vida: falta de accesibilidad de servicios básicos espacios públicos de
calidad en buena parte del territorio.
Actualmente la zona centro-norte de la ciudad presenta los espacios públicos de mejor
calidad, y el mayor déficit cuantitativo y cualitativo tiende a concentrarse en los barrios social
y económicamente más vulnerables.
La alta fragmentación del recurso suelo y las ordenanzas de retranqueo vigentes durante
buena parte de la historia reciente del DMQ han dado como resultado un tejido urbano
discontinuo. Como consecuencia, el suelo urbano de Quito presenta un alto grado de vacío
urbano que está por lo general en muy mal estado, a pesar de constituir una buena
oportunidad para incrementar el espacio público disponible. Por consecuencia, una
distribución inequitativa de las infraestructuras y los equipamientos incide directamente en la
calidad de vida del conjunto de la ciudadanía.
Bases conceptuales para la construcción del modelo territorial
El modelo de ordenamiento territorial del Distrito Metropolitano de Quito para el decenio 2015 –
2025 contempla cuatro criterios esenciales:
1. Compactación y redensificación del espacio urbano consolidado:
La condición urbana contemporánea del territorio urbanizado de Quito presenta una complejidad
muy alta en el tejido urbano y una densidad de edificación muy baja. El modelo territorial que se
propone busca compactación del tejido urbano y un aumento considerable de la densificación
de la densidad edificatoria y poblacional. En el territorio urbano consolidado encontramos una
densidad de población superior a las 250 personas por hectárea únicamente en algunos barrios